La carrera de los vuelos tripulados al
espacio se remonta a la década de los 60, cuando dos superpotencias mundiales,
la antigua Unión Soviética y EEUU, protagonizaron un reñido duelo por el
liderazgo espacial, utilizando todos los medios disponibles.
La Carrera Espacial fue una competición
tecnológica entre la Unión Soviética y Estados Unidos que tuvo como gran
objetivo la Luna. En esa época el prestigio nacional y político de las dos superpotencias
estaba en juego y la tecnología espacial fue la mejor carta de presentación al
mundo de la supremacía capitalista o comunista, por lo tanto nadie escatimó
esfuerzos con tal de llegar al objetivo.
Todo ese derroche de medios tuvo una gran
repercusión en el campo industrial y tecnológico, pero sobre todo, constituyó
un hecho histórico que se adelantó en al menos un siglo al curso normal de la
historia. Lo que demostró es que cuando hay voluntad política y ganas de hacer
bien las cosas el ser humano puede conseguir cualquier cosa por muy difícil que
esta sea.
En 1945, después de la Segunda Guerra
Mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética se embarcaron en una amarga Guerra
Fría de espionaje y propaganda. La exploración espacial y la tecnología de
satélites alimentaron la guerra fría en ambos frentes. El equipamiento a bordo
de satélites podía espiar a otros países, mientras que los logros espaciales
servían de propaganda para demostrar la capacidad científica y el potencial
militar de un país. Los mismos cohetes que podían poner en órbita a un hombre o
alcanzar algún punto de la Luna podían enviar una bomba atómica a una ciudad
enemiga cualquiera. Gran parte del desarrollo tecnológico requerido para el
viaje espacial se aplicaba igualmente a los cohetes de guerra como los misiles
balísticos intercontinentales. Junto con otros aspectos de la carrera
armamentística, el progreso en el espacio se mostraba como un indicador de la
capacidad tecnológica y económica, demostrando
la superioridad de la ideología del país. La investigación espacial tenía
un doble propósito: podía servir a fines pacíficos, pero también podía
contribuir en objetivos militares.
Las dos superpotencias trabajaron para
ganarse una ventaja en la investigación espacial, sin saber quién daría el gran
salto primero. Habían sentado las bases para una carrera hacia el espacio, y
tan solo esperaban el disparo de salida.
El
4 de octubre de 1957, la antigua URSS lanzó con éxito el Sputnik 1, el primer
satélite artificial en alcanzar la órbita, y comenzó la carrera espacial. Por
sus implicaciones militares y económicas, el impacto del Sputnik fue tremendo,
causó miedo y provocó debate político en Estados Unidos
El
programa espacial estadounidense importó chimpancés de África y envió al menos
a dos al espacio antes de lanzar a su primer ser humano.
El 12 de Abril de 1961 los soviéticos volvieron a sorprender al
mundo entero poniendo en órbita a Yuri Gagarin, el primer ser humano que accedía
al espacio exterior a bordo de la nave Vostok, impulsada por el cohete A-1,
derivado del que lanzó el Sputnik 1, pero con muchos avances tecnológicos.
Tenía 33 motores que combinaban un impulso de medio millón de kilos.
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